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La corrupción

La corrupción genera inseguridad, así piensa la mayoría de los mexicanos.Pero ¿que es lo que causa la corrupción? ¿Nacer en México?No. El sistema que nosotros mismos hemos creado.El afán de controlar al sistema en lugar de fortalecer su auto-ordenamiento es la principal causa de corrupción. Los sistemas que pretenden el control no generan orden, generan caos.Los sistemas sociales no se controlan, se auto-ordenan, pretender controlarlos genera exceso de reglas que a su vez provoca una reacción en sentido opuesto: la rebeldía ante las reglas o el colapso del sistema ante la imposibilidad de cumplirlas.

 

Caos

Cuando no se cumplen estos principios se genera caos en el sistema, que se traduce en: rebeldía, informalidad, corrupción, inseguridad, inestabilidad, desigualdad, pobreza, impunidad, insatisfacción, temor, represión, etc.No es que los mexicanos nazcamos con predeterminación a la corrupción. No es tema de geografía, es que vivimos en un sistema que tolera y fomenta el control de unos por otros, en lugar del auto-ordenamiento en libertad e igualdad.

Ejemplos

Quiero controlar un mercado negro de drogas que yo mismo he creado al prohibirlas, en lugar de pensar en erradicar el mercado negro con libertades racionales y moderadas, incentivos positivos, información oportuna e intención de paz.Quiero acabar con la evasión fiscal cuando yo mismo he creado reglas poco prácticas que generan evasión e informalidad.Quiero que el sistema sea eficiente y honesto pero el exceso de reglas crea procedimientos absurdos, ineficiencia y corrupción.

Los sistemas se auto-ordenan con 3 principios básicos

Reglas básicas: mínimas, sencillas, entendibles por todos, con enfoque al cliente y prácticas. Si no funcionan generalmente es por alguna de estas razones, generalmente el exceso de reglas.Información: relevante, oportuna y útil. Sistema transparente. Rendición de cuentas permanente sobre resultados. Acceso del cliente a la información.Intención de auto-ordenamiento, no de control. Afán de verdad, tratar a mis clientes como adultos, no como menores de edad.