En 1800, todos éramos pobres, hoy somos un mundo mucho más próspero, equitativo, racional y pacífico. El mundo era muy desigual, salvo una pequeña minoría de monarcas y latifundistas, los demás no teníamos nada. La mayoría vivía sujeta a la voluntad de los reyes o los dictadores. La mortalidad infantil era de 43%. La expectativa de vida muy baja. La excepción era la paz del mundo, todos guerreaban por múltiples razones, y todos esperaban que Dios y no ellos, resolviera las injusticias.
Pero vino la Ilustración y con ella, la idea que nosotros mismos podíamos mejorar nuestras vidas con el uso de la ciencia y la tecnología. Vino la libertad económica y la democracia y la idea del progreso.
Hoy el 50% del mundo vive en democracia. En 1950, el 75% del mundo vivía en extrema pobreza, hoy estamos por debajo del 10% y México en 7.6%. Hay estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero con índice de pobreza extrema superior al 20%, pero también tenemos estados como Nuevo León, las Baja California, Coahuila y la CDMX con menos del 2%.
En 1975 sólo el 75% de los mexicanos podían leer, hoy es el 95%. En 1960, el 15% de los niños menores a 5 años moría en México, hoy es 1.3%.
No todos crecen al mismo ritmo. Así como hay países desiguales, hay estados desiguales. Los estados industrializados y más conectados al comercio internacional son los que crecen a mejor ritmo. Los estados que dependen de industrias extractivas (minería, petróleo, agricultura)crecen a menor ritmo.
La desigualdad del ingreso no siempre depende del grado de desarrollo. Nuevo León y Chiapas tienen los coeficientes GINI (desigualdad del ingreso) más altos del país, pero Nuevo León es el estado con menos pobres y Chiapas es el estado con más pobres. Del 2010 al 2016, Nuevo León y Guanajuato fueron los estados que redujeron más el GINI, Chiapas en cambio, lo incrementó.
El desarrollo y la evolución natural de los sistemas crean diversidad y desigualdad natural. Esa desigualdad es inevitable y aceptable. La que nos hace daño es la desigualdad artificial, la que se crea con compadrazgos de los políticos a nivel nacional, estatal y municipal. Los monopolios –públicos y privados- protegidos por el Estado, los monopolios de la educación o de la energía que ven por sus propios intereses y no por el del país.
¿Qué puede elevarnos por encima del nivel medio que ocupamos a nivel mundial en PIB per cápita o libertad económica? ¿Qué puede jalar hacia el progreso a estados como Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz o Tabasco? La inversión productiva y el buen gobierno.
Lo que más pesa negativamente en el desarrollo de México, de acuerdo al Índice de Libertad Económica, es la falta de un gobierno íntegro y un sistema judicial eficaz. Otras variables negativas son a falta de respeto a la propiedad privada y la inseguridad.
El mundo en resumen, se ha desarrollado no por la intervención estatal, sino por la libertad económica y la democracia. Pero también el gobierno puede hacer mucho por el desarrollo de un país, esto es lo principal: Garantizar los derechos a la vida, la propiedad y la libertad; ser eficaz, eficiente, honesto y transparente; combatir el compadrazgo y los monopolios artificiales; invertir en infraestructura productiva; mantener un equilibrio financiero y focalizar el gasto social en los más pobres, con eficacia, sin clientelismo y sin fomentar inflación.
El desarrollo del mundo y de México son positivos y el futuro puede ser mejor, si mejoramos al gobierno, y esa es tarea de todos. No con dogmas, ni mitos como los que el mundo utilizaba antes del 1800, sino con inteligencia, ciencia, libertad económica y democracia, tal como los que promovió la Ilustración.
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Santiago Roel R.